Nos fijamos hasta en el último detalle, siempre queremos ser la invitada perfecta y el maquillaje no es un asunto a menospreciar.

Es evidente la diferencia entre el maquillaje para una boda de día y para una boda de tarde. En ambos casos exigimos un toque de sofisticación acorde con nuestro estilismo.

Para el día nosotras preferimos los tonos más naturales. Tras aplicar la base adecuada para cada tono de piel y los correctores para disimular esas pequeñas imperfecciones decidimos que tipo de maquillaje llevar en los ojos. Para nosotras el toque ideal para una boda de día el pintar los ojos con un tono ahumado claro, da calidez a la mirada gracias a los tonos ocres. Si tienes los ojos claros estos tonos harán que resalten aún más. Difuminando bien la raya, tanto en la parte inferior como en la superior del párpado conseguiremos restar dureza a la mirada. En lo que respecta a la barra de labios, hay que escoger con cautela, para el día tonos pálidos y claros, ya sea en rosas o terrosos y arenosos.

En las bodas de noche el maquillaje puede variar un poco y ser más atrevido. Se puede meter un toque de color en la mirada, algo que de luz pero siempre a tu gusto y con tonos que te hagan sentir cómoda. Es una manera de dar un aire primaveral a tu maquillaje, un giro más a tu look de invitada perfecta. Por último los labios, el color puede ser más atrevido, más fuerte. En los últimos tiempos el rojo es el color que más se está imponiendo, siempre favorecedor y sofisticado.

Nuestro consejo particular a la hora de escoger un maquillaje para una boda, es huir de los excesos, no ir recargada y no restar naturalidad a tu rostro y por ende a tu estilo. Para nosotras es una máxima para ser la invitada perfecta.

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